LA SEÑORA LITERATURA
Hagamos por un momento un "ejercicio de fantástica", uno de aquellos propuesto por el maestro de lectores Gianni Rodari, quien sigue tan vigente como nunca: un binomio fantástico: Literatura y Escuela. Pero me dirán, ¿qué tiene de fantástica esa relación? Si la literatura se enseña en la escuela. Es más, es una de las materias del pénsum escolar y se estudia desde el jardín hasta undécimo grado. Sí, es cierto, pero precisamente mi propuesta es que volvamos a pensar esa relación que nos resulta tan obvia, y la pensemos desde una situación de extrañamiento. Mirémosla por un momento desde la ventana y no desde la puerta del frente.
Mirada desde la entrada principal, sobran los argumentos oficiales para justificar la presencia de la literatura en la escuela. Podemos verla como una señora muy importante y muy culta que habla de las características de los personajes, que se regodea en los análisis, en las síntesis y las interpretaciones. Que se derrama en prosa exponiendo el contexto histórico en que se dio una obra, que sabe muchísimo de corrientes literarias, movimientos y estilos.
Una señora que a veces se levanta con los sentimientos de culpa un poco alborotados y antes de vestirse se pone un toque de "moralina", perfume muy de moda hoy en día, y se presenta con las mejores intenciones de dejar un mensaje que los niños y jóvenes deben aprender y asegurarse de convertirlo en un alimento con alto contenido "valórico".